El río Llobregat experimentó hace unos años una profunda transformación. Se limpiaron los márgenes y las aguas, supongo que se cerró alguna fábrica de esas cochinas, y como consecuencia, regresaron especies que hacía decenas de años que se habían marchado asqueadas.
A pesar de este cambio, permanece en nuestra memoria la sensación de asco y nos cuesta bajar al río y disfrutar de su belleza.
La Riera Magarola no es ajena a esta antigua sensación.
Espero que las siguientes fotos os ayuden a despertar la inquietud por estos parajes tan cercanos, bonitos y poco explorados. Espero también que alguna de las fotos-denuncia azuce aún más el sentimiento de respeto al entorno que sin duda ya tenéis.
Lo que veréis es un paseo de una mañana de domingo.
bajando al río desde Can Morral